No leo y me agüito gachote

Cuando no leo me agüito gachote.

8.4.10

Aun nos queda la esperanza

“La justicia será abundante como el agua…”
(Martin Luther King / Yo tengo un sueño)

Ya parece el pan nuestro de cada día; se ha convertido en una cuestión cotidiana, que ya forma parte de nuestra rutina diaria. Ya no nos sorprende, o no nos sorprende tanto; llegó a la Laguna para quedarse, a pesar de que nunca fue bienvenida. Se hospeda en las calles –en las muy concurridas y en las poco concurridas- de nuestra ciudad. Todas y todos la conocemos; no nos cae nada bien, le aborrecemos, pero no podemos hacer que se vaya; se burla de nuestra impotencia y comete sus fechorías para demostrarnos que ella es más poderosa que nuestro descontento y nuestra frustración.

Ayer la vi de cerca, bueno, me contaron que se le apareció a una amiga; la infeliz se fue con todo, mi amiga aun no lo supera. El otro día un amigo también la conoció, ésta nomás lo asustó, pero ¡vaya susto! A una amiga de mi mamá la dejó sin mandado afuera de su propia casa. Já, son cosas que hasta dan risa; a mí me dejó sin celular la semana pasada, y confieso que no era un celular ostentoso; digamos que esa de quien les hablo, a lo que se deje, le da ¡Válgame Dios!

En las noticias locales no hablan mucho de ella, a pesar de que ya es bien famosa y de que todos los días se pone a trabajar. Luego las cosas que hace son un secreto a voces; mejor me entero por un vecino que por la tele, como sea, ella no descansa jamás. ¿Cómo le hará para tener tantos adeptos? Me gustaría saberlo, quién sabe, igual y en una de esas hasta me uno a sus filas, nomás, pa’ estar a la moda y sentirme rebelde, total, mi celular ya lo perdí.

Mucha gente que conozco me habla todos los días de ella; con miedo, con incertidumbre, con coraje me platican una y otra anécdota que involucra a la susodicha como la triunfante protagonista siempre. ¡Pero de eso no se trata!, la que triunfa, como en las novelas, no debe ser la mala, sino la buena –nosotras y nosotros, los ciudadanos-, sin embargo, tal parece que en este mundo del revés las cosas suceden, precisamente así, al revés, y la delincuencia, ésa que les digo, está destinada a salir victoriosa de cada una de las batallas que emprende. Jodámonos nosotr@s.

¿Dónde está la justicia? ¿Se fue de vacaciones? Avísenme cuando regrese, necesito hablar muy seriamente con ella. Esa delincuencia mentada me está llenando el buche de piedritas, y me imagino que a ustedes también. Tengo miedo, sí, pero aun conservo la esperanza de que algún día todo volverá a la normalidad, ¿y tú?

“Sigo soñando que un día la guerra llegará a su fin, los hombres transformarán las espadas en arados, las lanzas en hachas y las naciones no se levantarán unas contra otras, y no se estudiará más el arte de la guerra”
(Martin Luther King / Yo tengo un sueño)


8.2.10

¡Invasión de patos!



Dedico esta colaboración al profesor
Alfredo Viesca, con mucho respeto y cariño.

La televisión es el espejo donde se refleja
la derrota de todo nuestro sistema cultural...

Federico Fellini

Vagaba un día por el centro de la ciudad intentando buscar algunos paisajes dignos de ser fotografiados. Las señoras con el mandado, los taxistas, los camiones de ruta, las vendedoras de jugos y licuados, los vagabundos, los policías; todo se confabuló para confirmarme que ése era simplemente un día más acompañado de la rutina.

Seguí caminando por la avenida Juárez y me detuve en una farmacia para comprar algo de tomar, enseguida llamó mi atención la niña que trabajaba ahí como empacadora; me recordó a alguien de la tele, pero como no veo mucha televisión me fue un poco difícil recordarlo… Usaba unas botas que llegaban hasta donde nace la rodilla; su cabello adornado con una flor de estambre y dos largas trenzas descansaban sobre sus hombros; copete cubriendo su frente; unos lentes aparentemente de aumento; y un chaleco color amarillo. No me quitó el sueño aquella situación y continué mi camino.

Llegué a la Plaza de Armas y decidí sentarme un momento a contemplar el panorama. ¡Vaya sorpresa la mía! Mientras estuve sentada ahí, desfilaron delante de mí al menos unas cinco criaturas con casi las mismas características –a veces variaba el color del chaleco o las botas- que aquella pequeña empacadora de la farmacia. Ver la misma imagen tan repetidas veces me obligó a recordar por fin quién era esa niña de la tele a la que se parecían tanto: una mentada Patito.

Me fui de ese lugar como huyendo de una caricatura donde todos los personajes son iguales y actúan casi de la misma manera. Huí esperando no volver a encontrarme una vez más con otro clon de Patito. Al final, la invasión de patos no me impidió reflexionar un poco sobre esta curiosa experiencia.

Me remonté a mi época de estudiante universitaria (como si ya hubiera pasado mucho tiempo de eso, já) y vino a mi mente una teoría de la comunicación de masas que toda y todo comunicólogo debe conocer; la teoría de la aguja hipodérmica. A grandes rasgos, ésta sostiene que los mensajes emitidos por los medios de comunicación son recibidos por la audiencia de manera directa, sin incluir un proceso de “digestión” del mensaje, es decir que, como una aguja hipodérmica, los mensajes nos son “inyectados” y automáticamente reaccionamos ante su efecto, sin cuestionarlos.

Las chicas patito me parecen las víctimas perfectas de esta oleada de “inyecciones” propinadas por la novela de moda entre las niñas preadolescentes, misma que ha explotado su éxito al máximo extendiendo sus capítulos y hasta llevando de gira musical a su elenco para estar más cerca de sus fans.

Sé que la de la aguja hipodérmica es, en el mundo de los estudiosos de las ciencias de la comunicación, una teoría hasta cierto punto obsoleta. Me permití exagerar el efecto que tiene en un grupo de la población solo para hacerlo más entendible. Sin embargo, este fenómeno –el de las patitos abundantes- me parece alarmante y digno de atenderse, pues, más allá de verlo como una “simple moda” que “ya pasará”, está fungiendo en muchos casos como implementador de ideas que explican una realidad muy irreal, paradójicamente.

Padres y madres de familia, ahora sí que como dicen los letreros de advertencia en las tiendas de cerámica y cosas de esas: sus hij@s no saben lo que hacen, ustedes sí; ¡cuídenl@s!.

La dependencia de las personas a la televisión
es el hecho más destructivo de la civilización actual.

Roberto Spaemann

9.12.09

Lo que el norte del país ignora


“No hay culpables ni inocentes: en nuestra sociedad todos -y todas- somos a la vez víctimas y cómplices”
Carlos Fuentes / Las buenas conciencias

Hace poco más de un mes tuve la magnífica oportunidad de viajar a San Cristóbal de las Casas, Chiapas; el IV Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología (CNES) fue el gran culpable de mi visita a este maravilloso lugar -No está de más comentar que este CNES amplió sobremanera mi panorama respecto a muchas cuestiones, razón por la que me encuentro más que feliz, pues, una vez más pude comprobar que en México aun hay quienes se interesan por enderezar el rumbo de este país tan maltratado. No todo está perdido-.

Una muy buena amiga fue mi compañera durante este viaje; una vez que llegamos, nos instalamos inmediatamente en un modesto hotel cerca del centro histórico que, dicho sea de paso, es hermoso. Nos urgía dejar nuestras maletas en algún lugar para poder salir a caminar por este pueblo mágico; así lo hicimos.

La arquitectura de San Cristóbal conserva muchos rasgos de la época colonial; iglesias enormes y llenas de santos, plazas con kioscos en el centro, calles empedradas. Todo me remontaba a esa etapa histórica de nuestro país tan llena de claroscuros.

Pero toda esa belleza no fue lo que más llamó mi atención en este lugar; me embobé más bien con los plantones, las manifestaciones, las frases de protesta pintadas en las calles, las y los niños indígenas vendedores ambulantes… en fin, la resistencia de las comunidades ante las figuras de poder (consumo, tecnocracia, narcisismo e individualismo) que nos dominan en nuestras sociedades occidentalizadas. Ése me pareció ser el pan de cada día en ese lugar que es famoso por su belleza, pero a la vez desconocido para muchos por los conflictos políticos y culturales de resistencia y de imposición que ahí se generan.

Estaba cenando con esa amiga que ya les comenté, cuando un niño indígena de unos 5 años se nos presentó ofreciéndonos insistentemente unas figuras hechas con barro, “¡cómpramelo, no he vendido nada!”, repetía el infante una y otra vez con un acento que daba a entender que el español no era su primera lengua y que muy probablemente le habían enseñado a hablarlo con el único objetivo de facilitar la venta de sus productos a los visitantes consumistas.

No pude aguantarme las ganas de preguntarle hasta qué horas terminaba de trabajar, “mi mamá me dice que a las doce tengo que regresar a donde está ella”. Enseguida le pregunté si ya había comido; sin dejarme terminar me dijo que no, mi amiga y yo le ofrecimos algo de comida e inmediatamente el rostro de la criatura nos regaló una hermosa sonrisa.

El niño se fue, pero las reflexiones se quedaron en mi cabeza. ¿Cuál es la ventaja de vivir en un lugar tan atractivo para l@s turistas? O, más bien, ¿quién goza de esta(s) ventaja(s)? ¿De qué manera ayuda el gobierno a todas estas personas que viven en la calle vendiendo sus artesanías a unos precios humillantemente bajos? ¿Tienen alguna esperanza de vida tod@s ell@s? ¿A quién le toca contestar estas preguntas?...

“El coraje no se puede simular: es una virtud que se escapa a la hipocresía”
Napoleón

16.11.09

Herencia colonial

La única costumbre que hay que enseñar a los niños y a las niñas es que no se sometan a ninguna.
Jean Jaques Rosseau

Un 12 de noviembre de hace muchos años, nació en México Juana Inés de Asbaje y Ramírez, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz; mujer rebelde e indómita que se atrevió a romper paradigmas y fémina a la que el mal adjetivado “sexo débil” tenemos mucho que aprenderle.

Niña prodigio, que a los 3 años comenzó a leer y antes de cumplir los diez ya pedía que la enviaran a estudiar a la Universidad, Sor Juana se convirtió en la máxima figura de las letras mexicanas, con una trayectoria que, en sus tiempos, y por su condición de mujer, era difícil consolidar.

La época en que Sor Juana Inés de la Cruz existió -época de la colonia- los roles de los sexos masculino y femenino (los que eran tomados en cuenta; los “ricos”) estaban muy bien definidos; el hombre trabajaba, ocupaba puestos de autoridad, era intelectual y regía el modus vivendi de las comunidades; la mujer, que no era dueña de sí misma, debía cumplir con tres funciones específicas en la sociedad: desempeñar las labores domésticas y criar a los hijos; ser sumisa y obedecer la voluntad de los hombres; y ser religiosa hasta los huesos.

Concebida como la “guardiana de la honra familiar”, la mujer rica se preparaba desde niña para el matrimonio; sabía que mientras su marido arreglaba los asuntos importantes fuera de la casa, ella debía permanecer enclaustrada criando a sus hijos, limpiando, rezando, y conservando las tradiciones familiares. La mujer de esos tiempos no tenía el mismo acceso que un hombre al conocimiento y a la cultura, su lugar era adentro, encerrada.

Juana Inés reclamaba el derecho de las mujeres al aprendizaje, sabía que la capacidad intelectual de la mujer no debía funcionar solo para casarse con un hombre al que apenas conocía con el tonto fin de conservar y engrandecer las riquezas de las familias bien acomodadas. Sor Juana sabía que el papel de la mujer también podía ser trascendente; huyó de la sumisión y la obediencia a los hombres, decidió ser dueña de sí misma, y se atrevió a tomar sus propias decisiones. Se convirtió en una mujer crítica y fue criticada duramente por hablar claro, sin embargo, el placer de haber seguido sus ideales y haber hecho lo que ella quería, fue la mayor recompensa que esta mujer pudo obtener.

Sin embargo, la herencia colonial sigue causando estragos en el modo que tiene la mujer de percibir su realidad. Ahora, con todo y que ya es su “libre decisión” si se casa o no, estudiar una carrera universitaria, trabajar, ser madre soltera, ser monja, prostituta, intelectual, o lo que sea, la mujer moderna sigue buscando depender de alguien; le tiene miedo a su autonomía. Las mujeres del siglo XXI debiéramos ser rebeldes, indómitas, insumisas, atrevidas, romper paradigmas y demostrar, como Sor Juana en su contexto, que con el simple hecho de hacer lo que queremos sin miedo, y reconociendo a las demás mujeres seremos sujetas de derecho y actrices políticas de nuestra vida.

Y aunque es la virtud tan fuerte, temo que tal vez la venzan. Que es muy grande la costumbre y está la virtud muy tierna.
Sor Juana Inés de la Cruz

19.10.09

¡Nos vamos al Mundial!




La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar.
Bernice Buresh

El 10 de octubre de 2009 seguramente se recordará con mucha alegría por la gran mayoría de los mexicanos, pues fue el día en que la gloriosa Selección Mexicana de Fútbol obtuvo el pase al Mundial de Sudáfrica para el año 2010, al vencer a El Salvador, por 4 goles contra 1. ¡Nos vamos al Mundial! México está feliz.

El tema del impuesto a alimentos y medicinas que nos quieren enjaretar el chaparrito de lentes y el gordito canoso; el conflicto con los trabajadores de Luz y Fuerza; los asesinatos recientes de periodistas en varios estados del país; la noticia de que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo; la mentada influenza; en fin, son temas que… tnee, ya se me olvidaron ¡Ganó la Selección!

Como en toda sociedad capitalista –donde si no tienes no eres- los mexicanos no tardarán en comprar su playera de la Selección con el número de su jugador favorito; habrá quienes contraten el SKY para no perderse un solo juego de los tricolores; ya me tocó ver la dichosa pulserita con el eslogan: “¡Nos vamos al Mundial!” que todo mundo quiere tener. ¡Chingao! Yo aún no consigo la mía.

Pues sí, para qué me hago mensa, ¿verdad? Todo gira en torno a eso, a la publicidad, a vender y generar riquezas; a hacer más ricos a los ricos y dejar más jodidos a los jodidos, abriendo cada vez más la brecha –de por sí ya enorme- que existe entre estas dos clases sociales. Así se manejan las cosas.

Cada 4 años la Selección Mexicana hace que esta sociedad se olvide efímeramente de los acontecimientos desastrosos que ocurren en nuestro país; aficionados de hueso colorado y hasta los villamelones –soy de los últimos- nos ponemos eufóricos cada vez que nuestra Selección juega un partido. El gran sueño: Ganar un Mundial.

En absoluto esto es algo que repruebe, al contrario, es importante que, en medio de tanta porquería que vemos diariamente en los noticieros, tengamos un momento, aunque sea pequeño y poco duradero, de felicidad y relajación, olvidándonos de nuestros problemas y los de la nación. Eso es lo único que ganamos los mexicanos con el Tri en el Mundial, nada más.

Por otro lado, están las dos grandes televisoras que han idiotizado a la nación por muchos años y que, por supuesto, ganan mucho más que nosotros: Televisa y Tv Azteca. Las empresas mexicanas que tienen los derechos de transmisión de los juegos de la Selección de México, son las que más van a ganar con el pase de nuestros héroes futboleros al Mundial de Sudáfrica en 2010. 55 y 40 millones de dólares, respectivamente, es la cantidad de dinero que estos gigantes podrían registrar en ventas adicionales una vez que comience el Mundial, según un estudio de BBVA Bancomer.

¿A quién le convenía más que el Tri calificara para el Mundial? La respuesta es obvia. De no haber pasado la Selección, los dueños de nuestras conciencias hubiesen dejado de ganar 28.5 millones de dólares. Claro que no lo iban a permitir, y menos cuando este tema es perfecto para distraer nuestra atención de los otros tantos que realmente nos deben de preocupar.

En fin, la euforia mundialista ya comenzó y nadie la podrá parar, así el país se esté cayendo en pedazos, no tendremos ojos para otra cosa que no sea un partido de la Selección. Claro que no ganaremos el Mundial, pero, se vale soñar. Es más alentador tener esa esperanza a creer que en México la justicia social saldrá algún día de los discursos políticos y se convertirá en algo real y palpable. Sigamos pegados al televisor.

El fenómeno de la televisión demuestra que la gente está dispuesta a ver cualquier cosa con tal de no verse a sí misma.
Anónimo


Fuente:
www.mediotiempo.com

16.9.09

¡Viva México!... ¿independiente?



De la independencia de los individuos, depende la grandeza de los pueblos.
José Martí


“La Independencia de México marcó una etapa muy importante ya que se dejó de depender de España y se convirtió en un país libre y soberano” Así inicia el párrafo de una narración breve sobre la historia de la Independencia mexicana en algún sitio web. No fue necesario leer esta sentencia para que hiciera ruido en mi cabeza una cuestión: ¿México realmente es un país independiente? Sostengo que no.

Fue Miguel Hidalgo y Costilla, del lado de Ignacio Allende –entre otros personajes-, quien, con el conocido “Grito de Dolores” –que seguimos representando a la fecha- convence a los oprimidos de levantarse contra los conquistadores españoles que, en palabras claras, ya los tenían hasta la madre por tanto trato indigno. La escena es la más representativa en toda esta ola de acontecimientos que se suscitaron antes y después intentando consolidar nuestra independencia. Once años después del “Grito de Dolores”, Agustín Iturbide logró (el término es relativo) por fin que México se convirtiera en un país independiente, el 27 de septiembre de 1821.

El próximo año se cumplen 200 desde que esto sucedió, y hoy, grandes y chicos festejan anticipadamente el gran triunfo de la nación; sobre todo en este mes nos sentimos más mexicanos que el nopal; nos vestimos de verde, blanco y rojo; dejamos incluso sin reservas al señor de las banderitas mexicanas; y con gusto gritaremos ¡Viva México! El día de la gran celebración.

¿Qué celebra México? Entre más grande es la pena, más extravagante es el festejo. Me da un enorme gusto, que en medio de tanto caos, aun tengamos ánimo para sonreír por nuestro país, sin embargo, considero importante que no nos ceguemos y queramos ver hermosas rosas donde solo quedaron las espinas; México aun no sabe lo que es la independencia.

Hace 200 años, los españoles nos tenían como esclavos en nuestra propia casa. Hoy, el Imperio Colonizador ya se fue, pero se quedó uno peor; los mexicanos seguimos siendo esclavos de nuestros propios hermanos mexicanos. Modernos, pero esclavos al fin.

¿Es independiente un país donde el salario mínimo de un obrero apenas supera los 50 pesos diarios? ¿Es independiente la nación en la que una madre soltera gana mil pesos quincenales y con esa ofensa de sueldo debe mantener una casa? ¿Dónde está la independencia de ese enfermo que tiene que estar muriendo para que los doctores del seguro social decidan atenderlo? ¿Y la independencia del que se tiene que ir de mojado porque aquí no hay chamba?

México anhelaba una independencia, la logró, y no supo qué hacer con ella. Los ricos emularon a los españoles y trataron a sus hermanos mexicanos peor que nada. Ahora nuestra nación alberga a 54.8 millones de pobres, ¡el 51% de la población! Y vamos a celebrar nuestra independencia, já.

El Padre de la Patria y todos aquellos que tuvieron participación para que este país se independizara deben estar muy decepcionados de lo que nuestros “dignos” representantes han hecho con México; una estúpida propuesta del 2% de IVA a alimentos y medicamentos que más le vale al Congreso no aprobar es, entre otras miles de cosas, lo que ha terminado por provocarme un enorme repudio por quienes están en el poder. Si el Congreso dice que sí, cuando por lo menos el 51% de la población está en desacuerdo ¿dónde quedó nuestra independencia, mexicanos?

Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.
Jorge Bucay


Fuentes:
http://www.sanmiguelguide.com/historia-independencia.htm
http://www.lecturasparacompartir.com/varios/independencia.html
http://www.jornada.unam.mx/2009/08/20/index.php?section=economia&article=024n1eco

31.8.09

¿Quién enamora a quién?

Se me va de los dedos la caricia sin causa,se me va de los dedos ... En el viento, al rodar,la caricia que vaga sin destino ni objeto,la caricia perdida, ¿quién la recogerá?
Alfonsina Storni

El cuestionamiento me había pasado desapercibido hasta el día de ayer que escuché a una mujer decirlo… ¿quién enamora a quién? Han pasado más de 24 horas desde ese momento y aun no reparo en una respuesta. Es difícil, ¿no?
Recordé aquellas ocasiones en que un hombre me ha pretendido; los detalles, las atenciones, las palabras ¿me enamoraron? La verdad, no siempre. Será que no soy muy dada a seguir las viejas costumbres del romanticismo y no me llena de emoción que un hombre me abra la puerta del carro o se levante de su silla cuando me voy a sentar. Pero ese no es el punto.

¿Quién enamora a quién? Me vuelvo a hacer esa pregunta, ¿será él quien la enamora a ella? ¿o es ella quien lo enamora a él? ¿o es una combinación? Como ya dije, no tengo una respuesta concreta, pero de lo que sí tengo certeza es de que no siempre es el hombre quien enamora a la mujer, y esto lo comento porque ya me tocó escuchar a dos que tres “machos” afirmar que ésta es una tarea exclusiva de ellos.

El hombre, la mayoría de las veces, enamora con sus detalles, con el respeto que muestra por la mujer, con su espontaneidad… realmente los hombres pueden enamorar por muchas razones, todo depende de los gustos de la mujer, e igualmente la regla aplica hacia nosotras las féminas; la cosa es pareja. Que cada género tenga sus mañas para lograr su objetivo (enamorar a otro u otra) ya es otra cosa.

Sé que hasta el momento no he respondido mi pregunta, pero no dije que lo iba a hacer, aunque puedo alcanzar a concluir que el enamoramiento –dure el tiempo que dure- es cosa de dos; un hombre no puede adjudicarse el “logro” de haber enamorado a una mujer -ni viceversa- puesto que, si a la mujer no le gusta el individuo que se le presenta, así de fácil puede decir no y se acaba el asunto, por muchas ganas que tenga aquél de convertirla en su pareja.

En este mundo tan loco que cada vez vive más rápido y con una diversidad de pensamiento más a la vista, es un acto de necedad querer seguir creyendo que el arte de enamorar solo le corresponde a una persona; esto debiera ser como el ejercicio de las conjugaciones que nos ponen en la primaria: yo enamoro, tú enamoras, él enamora, ellos enamoran, nosotros enamoramos, ¡todos enamoramos!

Pude amar esta noche con piedad infinita,pude amar al primero que acertara a llegar.Nadie llega. Están solos los floridos senderos.La caricia perdida rodará... rodará...
Alfonsina Storni

27.7.09

¡Me quiero graduar otra vez!


“Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.”
Gilbert Keith Chesterton

Por cuestiones de mi trabajo he estado presente en algunas ceremonias de graduación en escuelas primarias. Veo a l@s casi adolescentes con sus zapatos boleados, su uniforme bien planchadito, las niñas con peinados que se mantienen sostenidos por el litro de espray que les pusieron, el cabello de los niños al mero estilo Benito Juárez, y con mil kilos de gel. Tod@s felices y nostálgicos, paradójicamente por la misma razón; ya salieron de sexto.

La verdad, al principio iba con cierta flojera, me presentaba a las ceremonias incluso nefasta, “¿adónde fuiste hoy?” Me preguntaba mi mamá al verme llegar a casa después del trabajo, “osh, a una graduacioncilla de primaria”, “qué flojera”, remataba mi progenitora. Se me hacía de lo más aburrido. Para mí no era relevante ir a una graduación de 30 niñ@s que habían salido de la primaria. Relevante la graduación de una carrera universitaria, como la mía, eso sí que fue importante.

Un día, no sé por qué (creo que más bien no tenía otra cosa más interesante que hacer), me puse a observar a los pequeños graduandos y, de repente, me vi en mi graduación de sexto año de primaria. El magno evento del año, ¡Por supuesto! ¡Si yo era la graduada! Toda la familia estuvo invitada; lloré cual magdalena durante toda la ceremonia porque ya me iba de ahí, ya no vería a mis compañeros de clase, ya había cerrado un ciclo en mi vida –incipiente, pero vida al fin- para iniciar uno nuevo; la secundaria era un mundo, y mi siguiente reto.

“Vaya, sí que me emocioné. Sí que fue algo muy importante”, dije para mí al remontarme a ese día. Tenía muchas ilusiones. Rápidamente fui recordando todas mis graduaciones; la secundaria, luego la preparatoria y, al final, la carrera. ¡Órale! El tiempo se pasa volando.

Y ahora que veo nuevamente a estos infantes, disfrutando al máximo su día de graduación, con tremendo gusto y miles de expectativas por lo que viene… ya cambié mi actitud; ahora vivo con ellos ese día tan especial y hasta soy capaz de sonreírles, como diciéndoles “te entiendo, entiendo tu emoción, entiendo tu sentir, y soy feliz por ti”. Y, en cierta forma, me da algo de tristeza darme cuenta cómo al paso de los años, nuestras ilusiones a veces se van desvaneciendo y no queda más que un simple evento de graduación donde lo menos importante es si tenemos alguna otra meta por cumplir.

Este ir y venir en este mundo rápido, nos aleja muchas veces de nuestra esencia, de lo que queremos llegar a ser, para envolvernos en sus garras del estrés, el trabajo, la frustración, y el concepto erróneo de que felicidad es tener mucho dinero. Creo que aun es tiempo de atrevernos a ser libres, y no tener miedo a emocionarnos por cosas “absurdas” para muchos.

“Una ilusión eterna, o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad.”
André Mauroi

14.6.09

Ser tolerante




"Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada".
Antonio Machado

Soy vegetariana hace poco más de 5 años, y vegana hace alrededor de 2. El veganismo implica una forma de vida de respeto hacia los animales no humanos; ‘(…) es una filosofía y un estilo de vida basado en el respeto hacia los animales, para ello el vegano deja de participar en todas aquellas actividades que explotan a los animales de forma directa e indirecta absteniéndose del total uso o consumo de productos de origen animal.’ (www.respuestasveganas.blogspot.com).

Cuando una persona sabe que no como carne, ni lácteos, ni huevo, ni nada que provenga de un animal, la mayoría de las veces se sorprende y me echa una mirada escéptica: ¡no manches! ¿nada, nada de carne? ¡Estás loca!. Ahora imaginen qué sucede cuando saben que no uso pieles y que, antes de comprar, verifico que los productos que consumo (shampoo, maquillaje, ropa, productos de limpieza, etcétera) no experimenten en animales. Y ni hablemos de cuando se enteran que no acudo a circos con animales, y que estoy en contra de las corridas de toros y de los zoológicos.

No pretendo defender el veganismo ni convencer a nadie de que lo practique; amo la diversidad de pensamiento y de creencias, creo que eso es lo que hace interesante este mundo. Con lo que sí de plano no voy de acuerdo es con la intolerancia-ignorancia, ¿por qué ligo las palabras? Porque considero que una persona ignorante, cerrada, con un estrecho campo de visión, es aquella que no tolera que alguien piense diferente. Hay personas que me han dicho que está mal lo que hago, cuando pregunto ¿por qué? Solo saben responderme: porque está mal y punto. Con ese tipo de argumentos, auguro, respetuosamente, que como sociedad estamos jodidos.

La libertad de pensamiento es un derecho del que todos gozamos. En la medida que no irrespetamos a otras personas con nuestras creencias, todo puede marchar bien. El premio Nobel de la Paz en 2001, Kofi Annan explica perfectamente lo que intento decir; cuando hablamos del derecho a la vida, o al desarrollo, a disentir o a la diversidad, estamos hablando de la tolerancia. La tolerancia promovida, protegida y venerada asegurará la libertad. Sin ella, no podemos asegurarnos de ninguna.

“Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas.”
John Fitzgerald Kennedy

14.5.09

Razón olvidada


“… aquí está una de las tareas de la juventud: empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta producción, en esta dirección, está comprendida la producción de sí mismos…”
Ernesto Guevara de la Serna

El 23 de mayo, además de que cumple años una de mis amigas más cercanas, se festeja el día del estudiante universitario, aunque me ha tocado ver que en las prepas e incluso en secundarias lo celebran como propio, estudiantes al fin.

¿Cómo se festeja el día del estudiante? Como la mayoría de las celebraciones al estilo mexicano; una fiestota y mucho alcohol. Ese día, las y los universitarios salen temprano de la escuela o de plano no tienen clases, y en la noche, a festejar con singular alegría el glorioso día del estudiante, que fue instituido por… ¡Ah verdad!

Que porque si hay un día del maestro debe existir un día del estudiante, dicen algunos rebeldes; y hay otros que de plano no tienen la menor idea de por qué existe un día dedicado para ellos, más gacho aún, ni les importa saber. Resulta que el 23 de mayo, en la actualidad, no es visto como otra cosa que un simple pretexto para divertirse.

Otra historia ocurrida en México refundida en el olvido. Lo poco que sé sobre esta conmemoración es que un grupo de estudiantes de la escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México (ahora UNAM), el 23 de mayo de 1929, fue víctima de la represión, una vez más, del gobierno. ¿Qué querían? Autonomía universitaria, misma que se conquistó luego de huelgas, manifestaciones y movimientos cuyo único interés era, en palabras de Luis Rionda “preservar a la universidad pública libre de las presiones y chantajes de los gobiernos post revolucionarios, que quisieron imponer a la fuerza la ideologización de la educación superior”.

Se logró el objetivo, no por regalo de las autoridades gubernamentales, sino por la lucha constante de nuestros hermanos estudiantes de aquellos tiempos. ¿El resultado? La Universidad Nacional de México se convirtió en la Universidad Nacional Autónoma de México, un gran paso para la historia de las instituciones en nuestro país.

Sinceramente no imagino cómo sería una universidad pública sin autonomía, salí de una y, lo que más me enorgullece al mencionar su nombre, es la palabra ‘autónoma’, por todo lo que ésta implica.
Creo que les debemos mucho a aquellos hombres y mujeres jóvenes que no desistieron hasta lograr algo de lo que los estudiantes universitarios gozan -y gozaron, quienes ya salieron- mientras se preparan como profesionales.

Miremos un poco hacia atrás, y démonos cuenta de que, desde hace 80 años contamos con un gran beneficio que ni siquiera valoramos porque siempre lo hemos tenido, pero usemos nuestra imaginación para visualizarnos sin él, y nos percataremos del gran tesoro que tenemos gracias a estudiantes preocupados por el futuro de México (futuro que ya llegó; somos nosotros).
¡Feliz día del Estudiante!

“Nuestro sacrificio es consciente, es el pago por la libertad que estamos construyendo"
Ernesto Guevara de la Serna

30.4.09

Feliz día del... ¿niño?




La madurez de los adultos es proporcional al tiempo de juego cuando niños, y a las preguntas que en ese entonces nos fueron buenamente respondidas.

La otra vez me encontraba plácidamente platicando con mi ‘yo’ interna que, por cierto, me cae rebien, y se me ocurrió hacerle la siguiente pregunta: ¿tú crees que todavía existan niñ@s en este mundo? Debo admitir que no supe responder al instante, tuve que pensar un momento antes de decir algo…

A esta generación de infantes le está tocando vivir muy deprisa, y las opciones de diversión infantil -que no siempre es precisamente infantil- cada vez son más. Much@s niñ@s son felices con un celular, por ejemplo; otr@s no pueden vivir sin el messenger; también están l@s adict@s al metroflog o al face book, y mejor ni hablemos de esas criaturas enamoradas de los videojuegos y de la televisión.

Los programas favoritos de mis primitos y primitas ya no son los picapiedra, o don gato y su pandilla, y menos barney y sus amigos. Ahora ven las novelas del once o del trece, o dr. house, o south park.

En mis tiempos -y no es que me sienta muy vieja, apenas supero los 20- jugaba a saltar la cuerda afuera de la casa con mis amiguitas, o a los enchantados, o a las escondidas que, aunque siempre era la primera a quien encontraban, me divertía asquerosamente. ¿Videojuegos? Mario Bros. ¿Internet? Todavía no estaba al alcance de tod@s, nisiquiera tenía PC, ahora mi vecino de 10 años tiene su propia lap top. ¿Televisión? Caricaturas y Chabelo. ¿Lo más hard core? Los power rangers y Dragon Ball.

¡Vaya! Me siento hasta ñoña. Cualquier niñ@ que me escuchara hablar así me diría que qué onda con mi vida, que esas formas de diversión, ‘ni al caso’ y que ‘qué aburrición’. Siento que nuestr@s niñ@s se están converted cada vez más rápido en adultos, el mundo está cambiando y ell@s con él. ¿Qué nos está pasando?

Creo que fue José Martí quien dijo: ‘los niños son la esperanza del futuro’. Creo firmemente que así es. Las formas de diversión de los infantes de ahora no es más que el resultado de la forma de vida de los adultos: el padre y la madre se ausentan casi todo el día de la casa y el hijo o la hija encuentran entretenimiento en las nuevas tecnologías.

Creo que es tarea de los padres fomentar mása la comunicación entre ellos y sus hijos, pues este estilo de vida no ha hecho más que separar este vínculo que debe existir, dejando a los hijos disperses y a los padres cada vez más ocupados en otras cuestiones.

Festejemos el día del niño dandole un enorme abrazo a nuestros hijos (en mi caso a mis primos menores), y recordandoles que ser niño es la mayor certeza de que Dios existe.


Cuando nace un niño nace la esperanza de un mejor mundo, la esperanza se pierde cuando los padres no lo saben educar.

20.3.09

feminista, no hembrista

“Nunca he declarado la guerra a los hombres; no declaro la guerra a nadie, cambio la vida: soy feminista”.
Florence Thomas



Vaya que las mujeres hemos logrado muchas cosas a lo largo de la historia de la humanidad, y nuestro trabajo nos ha costado. Agradezco infinitamente a Simone de Beauvoir por aquella excelente obra en la que inició la etapa de algo que hasta la fecha existe: el feminismo.

Recién celebramos el Día Internacional de la Mujer, ¡Felicidades, mujeres de todo el mundo! Doctoras, arquitectas, ingenieras, maestras, prostitutas, amantes, meseras, limosneras, monjas, amas de casa, estudiantes, abuelas, hijas, nietas, tías, sobrinas, madres, feministas.

 Según la Real Academia de la Lengua, la palabra feminismo tiene dos definiciones, la primera, doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. Segunda, movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres. Estoy totalmente de acuerdo con ambas definiciones.

De lo que me he percatado –y no estoy de acuerdo en absoluto con ello- es que, erróneamente, tanto mujeres como hombres, han confundido en definición y en práctica el feminismo con el hembrismo. Es decir, si entendemos el machismo como la: actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres, consideramos que el feminismo es: actitud de prepotencia de las mujeres respecto de los hombres. ¡Y no es así! El feminismo no tiene nada que ver con el hembrismo.

Me preocupa que se juzgue a las mujeres feministas como monstruos que odian al género masculino, como mujeres radicales que creen que todo sería mejor si el hombre desapareciera de la faz de la tierra. Me preocupa que esta palabra tan hermosa sea reducida a una humillante definición de lo que es el hembrismo. Ser hembrista, significa ser retrógrada y es una total contradicción, pues estaríamos repitiendo las mismas prácticas de un ser machista y caeríamos en un círculo vicioso del que sería muy difícil salir. Sería regresar a lo mismo.

Los hombres (y muchas mujeres) deben entender que el feminismo no busca la superioridad de la mujer, el feminismo se refiere a derechos y obligaciones, y no a simples caprichos de nosotras las féminas. Feminismo es buscar equidad en la desigualdad. No es una lucha en contra del hombre para que venza el, o la mejor; es una lucha conjunta para obtener las mismas oportunidades que en esta cultura patriarcal, solo se le dan a los hombres.

Es difícil cambiar un pensamiento, sin embargo, considero importante que hagamos conciencia de que la lucha entre los sexos no conlleva a nada bueno, hay que implementar la cultura de ganar – ganar, que aunque no le funcionó muy bien a los capitalistas, bien puede servirnos a hombres y mujeres, para que ganemos las dos partes, y así, todos felices y contentos, olvidándonos del machismo y del asqueroso hembrismo, que nada bueno aportan a una sociedad con sensibilidad y con cerebro.

Tolerancia, diálogo, igualdad de oportunidades; feminismo, sí. Discriminación, intolerancia, misoginia, sexismo; machismo, no. Odio, caprichos, abuso; hembrismo, no. Mujer, no permitas que un hombre te golpeé, pero tampoco te permitas a ti, hacer lo que hace un (una) machista, no te conviertas en aquello que juzgas. Erradiquemos el machismo, pero también el hembrismo.

“Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras, es no reconocerse en lo ya pensado para nosotras (…). Por esto soy una extraviada, soy feminista”
Florence Thomas


18.1.09

¿De qué se trata?

La política es el arte de servirse de las personas haciéndoles creer que se les sirve a ellas.
Louis Dumur


Ayer llegó mi hermano a la casa sobremanera enojado. Y, ¿cómo no? si resulta que en el centro de la ciudad, -para el que l@s contribuyentes aportamos la ‘módica’ cantidad de 58 pesos al pagar nuestra tenencia. Agradézcanle a José Ángel- después de estacionar su camioneta, y ponerle monedas al maldito parquímetro -otra forma elegante de robarle a la ciudadanía, pues el impuesto que se paga por el pavimento debería permitirnos estacionar nuestros vehículos ¡sin tener que pedirle permiso a los parquímetros! (perdón, me alteré un poco) - para luego ir a hacer unas compras, algún malviviente, o algunos malvivientes, se encargaron de asaltar la triste camioneta. Estéreo, reproductor mp3, y un saco que Flavio -así se llama mi hermano- iba a llevar a la tintorería ese día, desaparecieron.

     ¡No lo puedo creer! Dijo mi hermano, ni vidrio roto, ¡ni nada!, tal pareciera que los malandros esos abrieron la camioneta cual si fuera suya, con toda la tranquilidad del mundo y, poco a poco, sin prisa, se hicieron de las pertenencias de mi hermano.

     ¿Seguridad en Torreón? Já. Si apenas hace dos meses, a la una de la tarde, mi carro se quedó sin dos tapas del rin –por lo menos me dejaron las otras dos-, y conste que le puse tres pesos al parquímetro, sin contar con que los de vialidad andaban por todos lados, ¡qué raro, no se dieron cuenta! ¿Será porque se la pasan cual modelo en una pasarela de modas? Solo paseándose por la ciudad para que la gente los vea ostentosos y (supuestamente) poderosos… ¡Son la autoridad de Torreón! (autoridad que solo está de adorno). Hoy, justamente, acabo de enterarme de que a mi tío le robaron también las tapas de su carro ¡afuera de su casa! Es el colmo.

     Y ni me meto en temas de balaceras, drogas, ajustes de cuentas y demás, que sabemos que existen en nuestra ciudad, y, tristemente, llegaron para quedarse con nosotros.

     Mi pregunta es, ¿acaso tenemos cara de tont@s? ¿Qué les pasa a las autoridades municipales? Por qué cobran por el alumbrado público si los arbotantes de mi colonia son más viejos que mi bisabuela; prenden de día, y dejan de funcionar por la noche. ¿De qué se trata?

     Por favor, pido, exijo a José Ángel y a su (mal) gobierno que realmente funcionen como lo que son: autoridad, pero no para sentirse los todopoderosos -eso ya lo han hecho- sino para realmente servir a la comunidad, para eso están aquí, no para andar de vacaciones todo el tiempo con el sueldo que más bien deberían desquitar en sus oficinas o áreas de trabajo, ni mucho menos para andar invitando amigos a juegos de fútbol con el dinero de la gente, o gastando –ese mismo dinero- cantidades estratosféricas en restaurantes de lujo con las amigas. ¿No les da vergüenza? ¡Ya estuvo!


Hay momentos en la vida de todo ser político, en que lo mejor que puede hacer es no despegar los labios.
Abraham Lincoln

14.12.08

La madre naturaleza y sus ingrat@s hij@s


Cuando hayas cortado el último árbol, contaminado el último río y pescado el último pez, te darás cuenta de que el dinero no se puede comer.



Hoy estaba con un par de amigos en la escuela, nos dio hambre y fuimos a comprar gorditas al carbón –deliciosas, por cierto-. Estábamos esperando nuestro turno, platicando plácidamente en la esquina del boulevard revolución y la calle García Carrillo, cuando me percato de que el chofer de un autobús de transporte público –me frustra no poder recordar qué ruta era- muy campante se detiene para tirar su asquerosa basura por la ventana. Así, vil y descaradamente arrojó sus mugreros a la calle, sin importarle nada. Fue tanto nuestro coraje, que nos pusimos de acuerdo para gritarle al mismo tiempo: ¡pinche marrano! Claro, al momento de hacerlo, fuimos presa de más de un par de miradas que nos observaron desconcertadas y hasta ofendidas, pero, ¿nos importó? No. El conductor, también al escucharnos no hizo más que seguir manejando, pero espero que haya sentido por lo menos un poco de vergüenza. Ni siquiera pudimos recoger lo que tiró, porque se lo llevó el aire.

     Triste, pero real, el chofer que vimos hoy en la mañana –espero no volverlo a ver nunca- es solo un ejemplo de las miles y miles de personas carentes de conciencia, ignorantes de que tenemos la obligación de cuidar nuestro medio ambiente. ¿Porqué estos temas siguen siendo irrelevantes para much@s? Será que pensamos que el mundo nos va a durar para siempre.


Vamos caminando por el centro y se terminó nuestra nieve, tiramos el envase en la calle, o lo dejamos en una jardinera… ¡es que, de aquí a que encuentre un bote para la basura! Cuando nos vamos a bañar, abrimos primero la regadera y nos metemos hasta que salga caliente el agua… ¡es que está helada! O cuando nos ponemos a barrer la calle, dejamos la llave abierta y rociamos con la manguera a todo dar cada parte de nuestra banqueta, para que quede requetelimpia, que al cabo el agua la pagamos nosotr@s, ¿no? Y qué tal, cuando andamos caminando por los camellones de la alameda y, claramente dice en los letreros: no pisar el césped, ¿qué hacemos? Pisamos el césped, ¡ah! Pero no se preocupen, éste último está justificado; recordemos que el ser humano está negado, precisamente al ‘no’.

     En fin, podría pasarme horas y horas enlistando más ejemplos, pero creo que ya es suficiente con los anteriores. El punto aquí es, ¿sabemos todos y todas que, si queremos un cambio positivo en nuestro mundo, en cualquier aspecto, debemos comenzar primero por nosotr@s mism@s? ¿Es tan difícil de comprender? Creemos tal vez que con recoger un papel que vimos tirado en la calle y ponerlo en su lugar, no hacemos un gran cambio, pero creo que sí, porque el primer gran cambio que debemos mostrar, es el de actitud.

     Por qué no, en lugar de estarnos quejando por lo que sucede a nuestro alrededor, somos nosotr@s quienes aportamos nuestro granito de arena, y así, transmitimos nuestro espíritu de sensibilidad hacia la naturaleza, lo irradiamos, y cada vez serán más las personas que estén en empatía. Suena a utopía, pero, lo bonito de ellas, es que existen porque alguien cree que pueden suceder.

     Me imagino que tod@s amamos a nuestra madre, pues ahora, es momento de respetar a la madre naturaleza, que ha sido benevolente desde hace millones de años; cuidarla, quererla y hacer algo por revertir todo el daño que le hemos causado, recordemos que, en esta vida todo se regresa, y hasta la naturaleza, tarde o temprano, si no lo hacemos nosotr@s, buscará ser respetada como lo que es, nuestra fuente de vida. Aunque ya hemos sido testigos de algunas consecuencias de no cuidar lo que tenemos, probablemente no nos toque pagar a nosotr@s completamente los platos rotos, pero ¿las generaciones venideras?

     No seamos egocéntric@s, ni pensemos que somos superiores a la naturaleza, tarde o temprano, ella misma nos dará una buena lección y dejará muy en claro que superior a ella, solo Dios.


Quien quiera creer que algún poder lo sitúa sobre los demás seres vivos de la tierra, tal vez viva la gloria, pero jamás gozará sintiendo los latidos de su corazón.


20.11.08

¿Qué es esa tontería de sonreír?


A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo.

¡Maldita sea! Se me volvió a hacer tarde para ir a la escuela, ya nisiquiera me dio tiempo de desayunar, además tengo que entregar mi informe hoy en el trabajo y no he terminado, y por si fuera poco este tráfico está infernal.
De eso se trataban mis diálogos internos cierto día que me levanté tarde; me sorprendí después al percatarme que todavía no eran ni las nueve de la mañana y yo estaba estresada por mil y una cosas sin sentido.

Hace un par de años tuve un trabajo que requería mucho de mi esfuerzo y dedicación, cargaba una gran responsabilidad bajo mis hombros y por supuesto trataba de dar lo mejor de mí siempre para que mi jefe se sintiera orgulloso de tenerme en ese puesto. Me estresaba casi todo el día, todos los días, y de vez en cuando hacía corajes porque algunas cosas no salían bien, en otras ocasiones me olvidaba incluso de comer por lo ensimismada que me encontraba realizando mis actividades. Literalmente en esa época, vivía para trabajar, no trabajaba para vivir.

Hay una frase que dice no te tomes la vida tan enserio, al fin y al cabo, no saldrás viva de ella. Me di cuenta de que, por mucha gracia que causara, esta frase es totalmente cierta. Durante este tiempo que viví trabajando como una adicta, me perdí de muchas cosas, de pequeños detalles, olvidé voltear al cielo y contemplar las estrellas; me parecía una pérdida de tiempo admirar la belleza de una flor; o el simple hecho de caminar despacio por las calles de la ciudad.

En este país, la mayoría de las personas viven así. El estrés es la enfermedad de este siglo. Vivimos enojados, preocupados por las deudas, por la carga de trabajo, ensimismados en nosotros mismos y en nadie más. Nos olvidamos de voltear a nuestro lado y saludar a otras personas, nos olvidamos de regalar una sonrisa; ya no tenemos tiempo para esas tonterías, tenemos problemas, verdaderos problemas en los que hay que ocuparnos, como para andar con esas cosas de saludar y sonreír.

Es triste ver cómo una sociedad poco a poco se va deteriorando porque la calidad humana se extingue, el mundo de las apariencias impera sobre nosotros y preferimos no reírnos de algo por temor a que otros lo vean mal, aunque nos haya causado risa. En nuestro trabajo no volteamos a ver ni a nuestro compañero de al lado, porque tenemos que terminar nuestras actividades.

Una sonrisa ya casi nadie la regala, porque vivimos tan rápido, que ni para eso encontramos el tiempo. Pero no nos damos cuenta de que con una simple sonrisa, podemos cambiar nuestro estado de ánimo e incluso el de los demás. Leí una vez que sonreír es un verdadero antídoto, que la naturaleza tiene en reserva para todos y sin embargo una sonrisa es algo que no se compra, ni se presta, ni se roba, porque únicamente tiene valor en el preciso momento que se regala.
Si todos nos animáramos a sonreír más seguido, podríamos cambiar muchas cosas en nuestras vidas, lamentablemente, nos resulta más fácil quejarnos por las cosas aparentemente malas que nos suceden, que sonreír por las bendiciones que recibimos todos los días y que no sabemos agradecer.

La mejor manera de demostrarle a la vida lo bien que la pasamos es con una sonrisa.

18.10.08

2 de octubre, ¡no se debe olvidar!


“Desgraciada la nación sin memoria, sin historia”
La maldita vecindad / 2 de octubre


El dos de octubre de 1968, hace 40 años, México fue testigo de una brutal represión en contra de un grupo de estudiantes. Según las cifras oficiales –o sea, las no reales- el resultado de esta masacre fue, en un principio, de 20 muertos, aunque más tarde Gustavo Díaz Ordaz, en ese momento presidente del país, afirmó que la cifra fue de al menos 44 fallecidos. Total, nunca se pusieron de acuerdo, pero las malas lenguas dicen que la cifra real es de unas 200 muertes, y otros me han contado que hasta supera las 300.

     Cuarenta años puede parecerle mucho tiempo a alguien como yo, por ejemplo, que apenas supero los 20, sin embargo, no es –y nunca será- el tiempo suficiente para olvidar; much@s jóvenes más o menos de mi edad tenemos presente en nuestra memoria y corazón, con coraje e impotencia, la fecha histórica del 2 de octubre de 1968, la matanza de Tlatelolco en la plaza de las tres culturas, donde un grupo de 8 mil estudiantes luchaban pacíficamente por defender sus derechos y el gobierno del malnacido Ordaz los reprimió de una manera cobarde e injusta.

     Lo que pedían los manifestantes, en su mayoría estudiantes, pero que también estaban conformados por profesores, intelectuales, amas de casa, y tod@ mexican@ valiente que quería demostrar su inconformidad, era algo simple, entre otras cosas, exigían la derogación de un artículo – el 145- del Código Penal Federal, que calificaba como delito la difusión de ideas, programas de acción, o la defensa de políticas extranjeras que alteraran el orden público; a dicho acto se le consideraba “disolución social”, y sirvió de instrumento jurídico para la agresión que sufrieron los estudiantes. Sería necesario no tener sentido común para darse cuenta de que esto no era más que represión a la libertad de expresión. Además querían la libertad de los presos políticos, encarcelados meses antes de octubre por los enfrentamientos que ya se habían suscitado en las diferentes casas de estudio que formaron parte de este triste acontecimiento.

     Versa una frase ya muy trillada: “quien no conoce su historia, está condenad@ a repetirla”. Me dio tristeza, este 2 de octubre de 2008, no ver nada en la televisión que mencionara algo sobre este día; sentí coraje al escuchar la pregunta de much@s conocid@s: ¿qué se celebra el 2 de octubre? La indiferencia y el olvido son aún peores que el odio, y me resulta difícil aceptar la idea de que México es un país sin memoria, ¿¡cómo podemos olvidar algo de tanta importancia, y cómo podemos olvidar a nuestros hermanos estudiantes que lucharon dejando un legado que ahora muchos desconocen!?

     Como dice una canción probablemente poco familiar para algunos, si no queremos que vuelva a pasar, nuestra memoria es un arma de paz, lo triste del asunto es que tal parece que en México, lo que menos nos interesa es tener paz.


No hay olvido ni perdón a los que arruinaron mi nación.
Gondwana / Paredón



26.9.08

sentido común...

¡Por eso estamos como estamos!

Ante un imprevisto enfrentamiento, debo tener bien a punto y afiladas mis mejores armas: la educación y el respeto.
Anónimo

Hace unas tres semanas iba muy apresurada conduciendo hacia mi escuela por la avenida Morelos de esta hermosa ciudad de Torreón -venía del centro-, digamos que mi humor no era del todo relajado puesto que, como ya mencioné, tenía que llegar a tiempo a mi querida casa de estudios, así que estaba un poquito presionada.

Hay unas oficinas del SNTE -así dice afuera, creo que es algo de los maestros- precisamente en la avenida Morelos, entre las calles Javier Mina y Jiménez, por ahí pretendía pasar cuando me voy encontrando con una multitud de personas paradas enfrente de ese SNTE que les menciono, estaban obstruyendo el paso.
La primera expresión que pasó por mi mente fue ¡ahora de qué se están quejando!, qué bueno que no lo dije en voz alta, si no, ahí mismo me linchan. Pues resulta que, en lugar de darme la vuelta en la calle Javier Mina, como todos los demás conductores que no saben cuáles son sus derechos y prefirieron no meterse en problemas, me aferré a pasar por la Avenida Morelos… ¡llevaba prisa! Además yo no era la culpable de cualquier cosa con la que estuvieran inconformes estos personajes.

De una manera amable, intenté pasar, despacio, toqué el claxon pero, al verme, estos simpáticos hombrecitos y mujercitas no hicieron absolutamente nada, ni siquiera se inmutaron, es más, ni un cabello se les movió… en pocas palabras, les valió. Normalmente tengo mucha paciencia, pero en esta ocasión, esta virtud no me había acompañado, así que, sí, me enojé y asomé mi cabeza por la ventana para decir con voz fuerte -ojo, no grité; hablé con voz fuerte, nadamás-, no les cuesta nada subirse a la banqueta o al camellón para que me dejen pasar.
¡Qué cosas! Nunca me había sentido tan ignorada en mi vida.
Les pedí que me dejaran pasar, les dije llevo prisa, no les iba a costar ni un minuto permitirme el paso… pues parecía que estaba hablando con nadie ¡cuánta falta de educación, ni siquiera un no me pudieron contestar! Y paradójicamente, son quienes se encargan de la educación de nuestros infantes. ¡Válgame el Señor Jesucristo! (y eso que no soy creyente).

Derrotada, decidí echarme de reversa y hacer lo que todos los conductores habían estado haciendo, di vuelta en la calle Javier Mina, para ya no meterme en problemas, y llegué bien tarde a mi escuela.
No digo que esté mal que la gente se manifieste cuando algo no le parece bien, por el contrario, me parece un ejercicio excelente; pero, y claro que hay un pero, no se vale que terceras personas resulten (resultemos) afectadas por situaciones como esta. Hay que recordar: “mi libertad termina donde comienza la de los demás”, y ese día, mi libertad fue cuarteada por una multitud que, por exigir sus derechos (¿?) me afectaron a mí, yo, sin deberla ni temerla.
Hace falta un poco de sentido común, lamentablemente no todos lo tienen, pero, por los que sí sabemos lo que éste es, les pido ¡Respeto!

Hay algo que dios ha hecho mal. A todo le puso límites menos a la tontería.
Konrad Adenauer



24.9.08

Busco chamba

"La razón por la que la preocupación mata más que el trabajo, es porque es más gente la que se preocupa que la que trabaja."
Robert Frost


El desempleo oficial en México se colocó en el 4,01 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) en marzo de este año, cifra superior al 3,42 por ciento del mismo mes de 2006. (INEGI)


   El tema del desempleo en nuestro país ha sido objeto de declaraciones, opiniones y comentarios, para dar paso a la polémica. ¿Se supone que debemos reclamarle esto al gobierno? Estoy segura casi al cien por ciento que, la mayoría de las personas opina que sí… y talvez tienen razón; en México no hay trabajo, en México no hay oportunidades, en México estudias para doctor y terminas como taxista o vendiendo tacos afuera de tu casa, en México blah blah blah…

   El presidente de México, el gobierno de México, nuestras autoridades, no están haciendo lo necesario para que cuando yo termine de estudiar tenga un trabajo acorde con mi carrera, no están haciendo bien su labor, es más, por eso ya mejor ni estudio, ¿para qué? Si al final de cuentas no encontraré trabajo cuando me titule… no tiene caso…

   Que lástima me da escuchar estos comentarios, no sólo lástima, me da tristeza, me da coraje, me da rabia… un estudiante de preparatoria dice que piensa seriamente la posibilidad de no estudiar la carrera que le gusta porque “no hay campo”, está muy difícil conseguir empleo… “mejor estudio otra carrera que, aunque no me guste tanto, pues me dejará buenos ingresos”. Me río, sí, me río de esas personas mediocres, ¿por qué se empeñan tanto en excusar sus limitaciones y sus miedos con esos argumentos tan tontos? Si no se creen capaces de lograr algo grande, mejor díganlo así, pero no le estén echando la culpa a las “pocas” oportunidades que hay.

   No se trata de siempre culpar al gobierno (tampoco de desligarlo de esta problemática), en este caso no está acabando con nosotros la pobreza, ni la injusticia, ni la corrupción… está acabando con nosotros nuestra actitud, nuestras pocas ganas de superarnos, ese conformismo que forma parte de nuestra vida. Que tenemos complejo de inferioridad porque los españoles nos conquistaron, al diablo con eso… no estamos en época de excusas ni de pretextos, el que tiene ganas logra lo que se propone, trabajo hay, y en todos lados, lo que falta, y en mucho es la actitud, la buena actitud.

   Una vez más, afirmo que quien tiene la mayor responsabilidad en esto, somos nosotros mismos, una gran masa gobernada por unos cuantos que no es capaz de levantarse de sus sillas y exigir y, más allá de exigir, luchar hasta conseguir lo que le corresponde. Pero así hemos estado por muchos años, es muy cómodo criticar, reclamar, todo sentados, pasivamente… sigamos así, auguro para nosotros un futuro prometedor…


"Me gusta y me fascina el trabajo. Podría estar sentado horas y horas mirando a otros cómo trabajan."
Jerome Klapka

los medios que (dicen que) informan...

¿Qué importa Tabasco? ¡Hagamos dinero!


La televisión es un arma de doble filo, con la que incluso el espectador
puede llegar a suicidarse.
Virginia Villanova

Las inundaciones en Tabasco provocadas por el desborde de los ríos Grijalva, Carrizal y Puxcatán destrozaron las viviendas de más de un millón de personas en este mes. La noticia corrió cual Ana Guevara en una competencia.

El pánico surgió entre los habitantes del Estado, y en toda la República. Los centros de acopio no se hicieron esperar; los medios masivos de comunicación, cumpliendo con su deber social, y sin ningún afán de figurar ante la sociedad como los héroes de México hicieron lo pertinente para ayudar a nuestros hermanos tabasqueños.

Y es que, claro que los mexicanos somos solidarios, por supuesto que íbamos a ayudar a nuestros compatriotas, pero, monopolios televisivos del país mexicano: ¡no me frieguen!

Más allá de la desgracia que estaba enfrentando la sociedad tabasqueña, el asunto se convirtió en una nefasta competencia entre los medios de (des)información (no todos, vuelvo a aclarar), a ver quién editaba los “reportajes” (lo pongo entre comillas porque hasta el más estulto sabe que un verdadero reportaje no dura un minuto) más dramáticos, hasta convertirlos casi en una novela, con el único fin, claro, de obtener rating, y con el rating, dinerito.

Y es que, digo, obviamente, el interés existe, debe existir, por obtener ganancias, pero también hay límites, ¿no creen? Hasta dónde llega la responsabilidad social de un medio de comunicación, y hasta dónde su interés y ambición por hacer más rica a la empresa. ¿Lucrar con el dolor ajeno?

Sí, ya sé que muchos han de pensar: pero los medios de comunicación hicieron muchas actividades para recabar fondos; hicieron mucha difusión para que la gente ayudara; blah, blah, blah. Ése es su deber, tenían que cumplir con él, así que no hay mérito que aplaudirles.

Damas y caballeros, no generalizo, como bien se dice por ahí, hay de todo en la viña del Señor, y tampoco es justo que paguen justos por pecadores. Ya cada quien sabe si le queda el saco, pero eso sí, a nivel nacional hay dos monopolios televisivos lo deben traer pero bien puesto.

La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontramos las pastillas que nos aliviarán.
Bette Davis