No leo y me agüito gachote

Cuando no leo me agüito gachote.

14.5.09

Razón olvidada


“… aquí está una de las tareas de la juventud: empujar, dirigir con el ejemplo la producción del hombre de mañana. Y en esta producción, en esta dirección, está comprendida la producción de sí mismos…”
Ernesto Guevara de la Serna

El 23 de mayo, además de que cumple años una de mis amigas más cercanas, se festeja el día del estudiante universitario, aunque me ha tocado ver que en las prepas e incluso en secundarias lo celebran como propio, estudiantes al fin.

¿Cómo se festeja el día del estudiante? Como la mayoría de las celebraciones al estilo mexicano; una fiestota y mucho alcohol. Ese día, las y los universitarios salen temprano de la escuela o de plano no tienen clases, y en la noche, a festejar con singular alegría el glorioso día del estudiante, que fue instituido por… ¡Ah verdad!

Que porque si hay un día del maestro debe existir un día del estudiante, dicen algunos rebeldes; y hay otros que de plano no tienen la menor idea de por qué existe un día dedicado para ellos, más gacho aún, ni les importa saber. Resulta que el 23 de mayo, en la actualidad, no es visto como otra cosa que un simple pretexto para divertirse.

Otra historia ocurrida en México refundida en el olvido. Lo poco que sé sobre esta conmemoración es que un grupo de estudiantes de la escuela de Medicina de la Universidad Nacional de México (ahora UNAM), el 23 de mayo de 1929, fue víctima de la represión, una vez más, del gobierno. ¿Qué querían? Autonomía universitaria, misma que se conquistó luego de huelgas, manifestaciones y movimientos cuyo único interés era, en palabras de Luis Rionda “preservar a la universidad pública libre de las presiones y chantajes de los gobiernos post revolucionarios, que quisieron imponer a la fuerza la ideologización de la educación superior”.

Se logró el objetivo, no por regalo de las autoridades gubernamentales, sino por la lucha constante de nuestros hermanos estudiantes de aquellos tiempos. ¿El resultado? La Universidad Nacional de México se convirtió en la Universidad Nacional Autónoma de México, un gran paso para la historia de las instituciones en nuestro país.

Sinceramente no imagino cómo sería una universidad pública sin autonomía, salí de una y, lo que más me enorgullece al mencionar su nombre, es la palabra ‘autónoma’, por todo lo que ésta implica.
Creo que les debemos mucho a aquellos hombres y mujeres jóvenes que no desistieron hasta lograr algo de lo que los estudiantes universitarios gozan -y gozaron, quienes ya salieron- mientras se preparan como profesionales.

Miremos un poco hacia atrás, y démonos cuenta de que, desde hace 80 años contamos con un gran beneficio que ni siquiera valoramos porque siempre lo hemos tenido, pero usemos nuestra imaginación para visualizarnos sin él, y nos percataremos del gran tesoro que tenemos gracias a estudiantes preocupados por el futuro de México (futuro que ya llegó; somos nosotros).
¡Feliz día del Estudiante!

“Nuestro sacrificio es consciente, es el pago por la libertad que estamos construyendo"
Ernesto Guevara de la Serna