No leo y me agüito gachote

Cuando no leo me agüito gachote.

8.4.12

Aquí nada pasó

Jamás volveremos a vernos. Su vida ya no me incluye. Pensé que era un capricho de esos que le caracterizan, pero me equivoqué. En verdad ya me ha olvidado. Y ahora quien se lastima por la horrenda sensación de no formar parte de sus planes, soy yo.

Los años pasan y con ellos pasa la vida, y las experiencias, y las aventuras. Con los años también llega la nostalgia de "aquellos ayeres", las reflexiones y, tal vez, alguno que otro arrepentimiento. Yo no me arrepiento de nada, sólo de haberle querido tanto, lo suficiente como para no juzgar sus acciones cuando tuve la oportunidad de hacerlo. Nunca me atreví a reclamarle nada, ni en broma. Así me educó, como si desde el principio supiera que algún día cometería ese error. Se anticipó a mi desprecio y a mi derecho de exigir explicaciones.

No sé si ahora vive feliz, Sólo sé que ya no existo en su vida como aquella niña dueña de su corazón. Duele, claro que duele. Se retuercen las entrañas y la garganta se cierra como para no dejar salir el alma; los ojos se convierten en agua, las fosas nasales ahora son cascadas de agua espesa. Tiemblan las manos. Tiemblo yo.

Nada me haría más feliz que uno de sus abrazos.

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